La elevada inflación y la preferencia por la inversión en el ladrillo ante esta situación, está provocando que el sector de la vivienda sea el que mejor está aguantando la crisis. El último dato disponible (octubre 2022) de las transacciones indica que éstas crecieron un 1,67% y la tendencia – aunque reduciéndose ligeramente – es intensa. Lógicamente los tipos de interés perjudican la inversión en este sector, pero la incertidumbre hace que, en gran medida, se convierta en sector refugio.
Para el año 2023 es previsible que los precios sigan subiendo, aunque moderadamente y según la localización geográfica. Las transacciones de viviendas se pueden moderar, pero, en cualquier caso, deben de seguir altas. Sobre todo, para los productos prime.